Artrosis vs Artritis: Desentrañando las diferencias entre dos enfermedades comunes de las articulaciones
Artrosis vs. Artritis: Desentrañando las diferencias entre dos enfermedades comunes de las articulaciones
Las enfermedades articulares son una preocupación común en la sociedad, y dos términos que a menudo se entremezclan son la artrosis y la artritis. Ambas afectan las articulaciones, pero es crucial comprender las diferencias entre ellas para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Artrosis: Una degeneración del cartílago articular
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se caracteriza principalmente por la muerte progresiva del cartílago. El cartílago es el tejido que cubre los extremos de los huesos en una articulación, proporcionando una superficie lisa y permitiendo un movimiento sin fricción. Con el tiempo y debido a Diversos factores, como el envejecimiento, el uso excesivo de las articulaciones o lesiones traumáticas antiguas provocan que, el cartílago se desgaste, se muera progresivamente dejando expuesto el hueso que está por debajo. De esta manera, el movimiento de la articulación no se realiza a través de una superficie lisa y lubricada (cartílago) sino poniendo en contacto hueso con hueso produciendo inflamación, dolor, rigidez y deformidad progresiva..
En la artrosis, el cartílago pierde su elasticidad y capacidad de amortiguación, resultando en dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones afectadas. Las áreas más comúnmente afectadas incluyen las rodillas, caderas, manos y columna vertebral. Aunque la artrosis puede ser una parte natural del envejecimiento, también puede ser acelerada por factores genéticos, obesidad o lesiones y traumas previos
Artritis: Una inflamación de la membrana sinovial articular
Por otro lado, la artritis es un término general que se refiere a un grupo de decenas de enfermedades que involucran la inflamación de las articulaciones. A diferencia de la artrosis, que se centra en el desgaste del cartílago, la artritis implica la inflamación de la membrana sinovial, un tejido ricamente vascularizado que recubre la articulación. Esta inflamación acaba dañando, no solo el cartílago, sino también el hueso articular destruyéndolo y, por tanto, haciendo inservible la articulación.
La inmensa mayoría de las artritis tienen en común que son de causa autoinmune. Esto quiere decir que nuestras defensas atacan equivocadamente nuestras articulaciones en la creencia de que no son propias. El paradigma de artritis autoinmune es la artritis reumatoide pero existen otras artritis de causa autoinmune como la artritis psoriásica, la Espondiloartritis anquilosante, el lupus eritematoso sistémico y muchas otras. Existen artritis que no son de causa autoinmune. La más frecuente es la artritis gotosa que se produce por la irritación ocasionada por microcristales de ácido úrico. Menos frecuentemente hay artritis ocasionadas por bacterias, siendo la más frecuente la ocasionada por el estafilococo aureus.
Diferencias Clínicas: Síntomas y Diagnóstico
Los síntomas de la artritis y de la artrosis pueden ser indistinguibles. Esto es especialmente frecuente en la rodilla y en las manos. Ambas cursan con dolor, rigidez, inflamación y, en último término, deformidad. En líneas generales, la artritis suele cursar con mucha mayor inflamación acompañándose de derrame. El diagnóstico entre una y otra a veces requiere de radiografías o resonancia. Mientras que la artrosis no necesita de un diagnóstico adicional, a la artritis siempre hay que ponerle un apellido. Para esto es necesario complementar el estudio con un análisis de sangre que incluyan marcadores inmunológicos.
Tratamientos y Enfoques de Manejo:
En la artrosis, el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la función articular. Esto puede incluir cambios en el estilo de vida, fisioterapia, medicamentos analgésicos y, en casos severos, cirugía para reparar o reemplazar la articulación dañada.
Por el contrario, el tratamiento de la artritis ha evolucionado enormemente en los últimos 15 años. Si bien no es posible curar la artritis si que se puede «dormir» la artritis. Para ello es necesario el empleo de medicaciones que ordenen y restablezcan el equilibrio de la respuesta inmunológica. El éxito terapéutico depende directamente de la prontitud del diagnóstico. Por ello es imprescindible que ante el menor síntoma sospechoso se acuda lo antes posible al reumatólogo. Como en la artrosis, la fisioterapia y el ejercicio (adecuadamente dirigido) son parte esencial para mantener la función y la movilidad articular.
Por el contrario, el tratamiento de la artritis ha evolucionado enormemente en los últimos 15 años. Si bien no es posible curar la artritis si que se puede «dormir» la artritis. Para ello es necesario el empleo de medicaciones que ordenen y restablezcan el equilibrio de la respuesta inmunológica. El éxito terapéutico depende directamente de la prontitud del diagnóstico. Por ello es imprescindible que ante el menor síntoma sospechoso se acuda lo antes posible al reumatólogo. Como en la artrosis, la fisioterapia y el ejercicio (adecuadamente dirigido) son parte esencial para mantener la función y la movilidad articular.
Imprescindible un diagnóstico preciso para lograr un tratamiento efectivo
En resumen, aunque la artrosis y la artritis comparten síntomas, son entidades distintas con causas y tratamientos específicos.
La artrosis es una enfermedad primariamente del cartílago (el «tapiz» que protege los huesos de la articulación un) mientras que el artritis es una enfermedad primariamente de la membrana sinovial (el «envoltorio» que recubre las articulaciones)
Comprender estas diferencias es crucial para un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo, proporcionando así a quienes sufren estas condiciones una mayor calidad de vida y opciones de manejo adaptadas a sus necesidades individuales.